DEBERES ¿Sí o no?

El tema de los deberes está muy de moda. ¿Son realmente importantes? ¿Existe una relación significativa entre cantidad de deberes y rendimiento académico?

Probablemente si preguntamos a padres y profesores las respuestas sean variadas. Unos dirán que los deberes son necesarios para afianzar los conocimientos aprendidos en clase y otros mantendrán la idea de que éstos no son necesarios ya que los niños ya pasan suficientemente tiempo en el colegio como para tener que llegar a casa y en vez de jugar tener que sentarse en una mesa a realizar los infinitos deberes de todas y cada una de las asignaturas que el actual sistema educativo mantiene.

Pues bien, yo voy a intentar ser imparcial aunque en este tema es un pelín difícil. Entiendo las dos posturas porque, por un lado, es verdad que un complemento en casa de lo visto en clase siempre viene bien pero también entiendo que es una barbaridad la cantidad de tiempo que los niños pasan al día realizando las tareas que les mandan del cole.

Estudios demuestran que el 75 por ciento de los maestros deciden mandar deberes a sus alumnos, pero... ¿Cual es el motivo? ¿Mandan de verdad deberes que complementan lo visto en clase? ¿O por el contrario mandan lo que no ha dado tiempo a ver en el aula? La realidad de los distintos colegios es muy diversa. Yo tiendo a inclinarme por lo primero aunque conozco situaciones que se parecen más a lo segundo. Desde mi punto de vista, la clave está en un buen profesor, aquel que se organiza bien las clases para que éstas sean realmente significativas y el niño salga de la clase con la sensación de haber aprendido y con la inquietud de saber y averiguar más cosas el próximo día.

Vivimos en una sociedad muy competitiva en la cual muchos padres quieren que sus hijos sean los mejores y les apuntan a todo tipo de actividades extraescolares:inglés, judo, natación, ajedrez, francés... Si a ello se le añaden las 8 horas que un niño pasa de media en el cole... ¿Qué tiempo le queda para hacer las tareas?

Creo que deberíamos replantearnos si de verdad los deberes son importantes y dejar que el niño tenga una buena infancia.

No les cortemos las alas, dejemos que aprendan libres, que sean ellos lo que quieran descubrir el conocimiento y estoy segura de que las generaciones futuras serán imparables.